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Los terceros molares suelen aparecer entre de los 18 y 21 años, cuando se supone que la persona ha alcanzado cierta madurez. Por eso se llaman muelas del juicio. Pero lo que creemos saber sobre ellas no siempre se ajusta a la realidad. El Dr. Manuel Martínez nos aclarará lo más importante.

Los terceros molares, también denominados muelas del juicio o cordales son motivo de problemas en un buen número de casos. De hecho, constituyen uno de los problemas de salud bucodental más frecuentes en los adultos. Sin embargo, a otras personas estas piezas dentales les salen sin causar ningún problema. Por último, hay un tercer grupo en el que nunca.

Para entender la función de las muelas del juicio debemos retrotraernos hasta nuestros más remotos ancestros. Los hombres primitivos tenían tanto la mandíbula como la musculatura muy desarrolladas, y el espacio que había dentro de las arcadas donde están localizados los dientes era el adecuado para que existiesen estas muelas.

Los estudios señalan que, con la masticación, los dientes se van desgastando, tanto por la parte por la que masticamos como por la que se halla entre los dientes.

Las muelas del juicio, al igual que el resto de los dientes, van avanzando para cubrir ese desgaste. Es un rasgo evolutivo ir perdiendo poco a poco las muelas del juicio, puesto que actualmente los huesos maxilares son más pequeños y el desgaste que hacemos con la alimentación no requiere que tengamos que utilizar también esa muela.

Las muelas del juicio crecen al final de las encías y son las últimas piezas dentales en emerger. La mayoría de la gente tiene cuatro, una en cada esquina, pero no siempre es así. Por lo general, salen cuando se tiene alrededor de 20 años, es decir, a finales de la segunda década de vida o a principios de la tercera. Para entonces, los otros 28 dientes de adulto suelen estar ya en su lugar, por lo que no siempre hay espacio suficiente para que las muelas del juicio crezcan adecuadamente.

Debido a la falta de espacio, las muelas del juicio pueden salir torcidas o emerger solo parcialmente.

Si las muelas del juicio causan molestias importantes o dolor severo es necesario concertar una cita con el maxilofacial, que las examinará y aconsejará si hay que extraerlas o no.

El hecho de que la muela no pueda salir con facilidad provoca cierto dolor e hinchazón de la encía, así como riesgo de infecciones y caries al quedar algún espacio entre la encía y la muela que quiere erupcionar.

Desde Clínica Martínez Navarro recomendamos una revisión anual para detectar antes que esto sea una molestia, además es la mejor forma de sacar conclusiones y saber exactamente qué es lo mejor para nuestra salud dental.

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